fotos

de equipos y de detrás de cámaras

He tenido la fortuna de llevar casi tres décadas haciendo algo que amo con locura y que es actuar. No solo ha sucedido durante todo ese tiempo, sino que también a lo largo y ancho de varios países en tres continentes. Y como actor he podido acceder y conocer lugares increíbles, normalmente inaccesibles de haber ido por mi cuenta. Esa es una gran suerte en nuestro trabajo: poder ir, estar y vivir esos lugares tan especiales. Y otra gran fortuna, entre muchas, es la gente que hace parte del equipo, del crew, que, siempre hacen que mi trabajo sea un lugar al que siempre quiero regresar.

Hay quien dice que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Yo le bajo un pelín a la poesía y, lo que digo siempre, es que hace más ruido un idiota con trompeta que mil personas amándose en silencio. En nuestro lugar de trabajo no hay muchas trompetas y aún menos trompetistas, y eso que somos decenas de miles, ¡un ciento en una sola producción! Sé que hemos tenido mala fama, pero eso solo es ruido: la amabilidad, la camaradería, las sonrisas y bromas sin dejar de ser, en ningún momento, unos profesionales, pero sobre todo eso, el saber que amamos lo que hacemos, no importa de qué lado de la cámara estemos, hace de nuestro medio un lugar en el que somos felices: solemos estresarnos, pero sí, somos felices. Y eso que las jornadas de trabajo… ¡te las regalo! (y no hablo de mí, que soy un ** privilegiado, hablo de las ** ** que se pone el equipo. Para ellos siempre mi admiración y agradecimiento.

de personajes

Hace unos años, en una escuela de Madrid en la que estaba aprendiendo Actuación Para Cine, el profesor, Esteban Roel, nos preguntó qué tipo de actores queríamos ser; en qué tipo de películas queríamos salir.

Éramos un par de docenas de alumnos. Comenzaron a responder que lo que querían hacer era cine de arte y nombraban películas (que yo había visto) y directores que eran vacas sagradas en la historia del cine (a los que admiraba), pero luego se pusieron a hablar de pelis y de directores oscuros, incluso muy independientes en el cine independiente. Bien, muy bien. Aplausos. Al final llegó mi turno (eso de que mi apellido comience con la zeta me manda siempre al final de la fila), y me tocó responder y lo que respondí hizo que todos, ¡todos sin excepción!, se rieran de mí.

Yo, que siempre me he considerado hijo del cine, había respondido que quería hacer películas como las que habían hecho Errol Flinn, Kirk Douglas y Burt Lancaster, o las de Harrison Ford . Sí, porque lo que yo quería era disfrazarme y ser indio y vaquero y poli y ladrón y astronauta y pirata y romano o cartaginés, y mil cosas más. Y mientras lo decía no pensaba que fuera a interpretar antes a un nativo americano que a un astronauta, pero así fue.

Lo que sí es seguro es he tratado de ser coherente con mis sueños, y aquí les dejo una muestra muy pequeñita de los cientos de personajes con los que me he disfrazado por dentro y por fuera.

Porque para mí, desde hace un tiempo, ser actor es «disfrazarme para ayudar a contar un historia». La historia es la protagonista porque…

de mí

Siempre es muy bonito que te apapachen (palabra mexicana de uso altamente recomendable, tanto para dar como para recibir, que significa abrazar o acariciar con el alma), y es lindo que te consientan y te maquillen y te busquen una buena luz y un buen lugar y un buen vestuario, y te hagan sentir, cuando ves el resultado, que todavía eres niño y que hoy… es domingo.

Scroll Up