Como si no me quedara tiempo.
Me alimento de muertos,
en ataúdes de papel
que son las llaves del cielo.
Respiro gentes,
sus alegrías y sufrimientos.
Soy un ciento
por mi hambre y mis deseos.
Campesino, rey, bufón y hechicero.
Vuelo en mi caballo tordo,
convidado a un banquete,
me empacho de sueños.
Me harto de segundos,
de tiempo incierto.
Vomito,
embriagado por el deseo.
Terrible mezcla:
sueños, deseos, vida y hambre,
para tan poco tiempo.